14 Feb Periodistos y periodistas
Señoras, Señores… Periodistos y Periodistas
Permítanme la incorrección política, que eso de los periodistos duele a la vista, pero cada día se hace más difícil soportar tanta imbecilidad lingüística, para maquillar el verdadero problema de la discriminación femenina en la sociedad actual.
Nos hemos acostumbrado a patadas a discreción al diccionario (y a la vista… porque hasta irritan los ojos) y es tan estúpido como hablar de: electricistos, sindicalistos, taxistos, artistos, masajistos, telefonistos, policíos, violonchelistos, trompetistos, dentistos, poetos, demócratos, publicistos y un largo etcétero, pero ya no tengo ganas de más… si, la verdad es que en ocasiones somos un poco imbéciles, siendo muy generosos.
¿Qué pensarán de la perversidad del lenguaje, sindicalistas, artistas, publicistas, taxistas, dentistas, policías...? Clic para tuitear
¿De veras alguien cree que esta es la vía para luchar contra una de las lacras que aún perduran en nuestra sociedad? Naturalmente que sigue siendo muy difícil ser mujer hoy día, aunque por suerte cada vez con menos, pese al empeño que siguen poniendo personas y personajes varios.
Seamos serios, el verdadero problema reside en las nóminas (no precisamente paritarias), en no tomar en serio a quien lleva una cartera ministerial porque la lleva junto a una falda, en que siga estando bien visto un comentario subido de tono entre compañeros de trabajo y como toda disculpa te digan «Es que tiene gracia».
Ya está bien de estupideces como «todos somos iguales», por favor… consulten a un especialista (o especialisto) en neurología, les dirá que funcionamos de distinto modo, que nuestro cerebro está regido por distintas hormonas… en resumen: que como en las matemáticas, podemos llegar a la misma resolución pero por distintas vías. Pero no somos iguales, y menos mal, sería muy aburrido.
¿De veras ustedes se ven todos iguales? y de ser así... ¿de veras alguien piensa que es algo bueno? Clic para tuitear
A todos nos queda dentro un niño (vale, o una niña… esto es agotador) y si nos ponemos a recordar, cuando nos imponían algo o a alguien nos provocaba el sentimiento contrario al deseado: «este es Juanito y tenéis que jugar con él»… menudo favor que le estaban haciendo nuestro mayores a «Juanito» que tenía que ganarse a pulso nuestro respeto como cualquiera, pero antes no le quedaba más remedio que recuperar crédito después de que se lo hubieran quitado. Esto viene a colación de la tan traída y llevada paridad, la manera más fácil de dar argumentos a los machistas (y machistos… ¿no?) para atacar a algunas de las grandes profesionales a las que afecta.
Es terriblemente injusto poner sobre el trabajo de una mujer, la etiqueta de sospechosa de «discriminación positiva» (gran palabra… o palabro) y se ponga en entredicho sus méritos propios para ocupar un puesto, sin duda indignante y contraproducente. Esto que ya funciona a toda mecha a golpe de decreto ley en la administración pública sería devastador en la empresa privada, ¿se lo imaginan?.. Yo tampoco, así que debemos ser un poco menos imbéciles de lo que cabría pensar.
Si lo que pretendemos es igualar las oportunidades de todo aquel que opte a un puesto de trabajo o un ascenso en la responsabilidad, basta de apoyos envenenados a ningún sector. A veces solo es cuestión de sentido común: Tenemos 10 puestos a cubrir, de modo que necesitamos a las 10 personas más aptas para el trabajo, sin importar del color que hayan tenido pintada la cuna.
(publicada en prensa y radio: 2010)
Comentario anexo:
Creo que fue una de las primeras columnas que escribí para el periódico o que grabé en radio… Y después de tantos años… ¡Manda narices que sigamos con lo mismo! No sé si es una mala broma o un signo de que nos gusta discutir más que solucionar, pero la verdad, el tema ya olía entonces…
Gracias por leerme!
Si te gustó… ¿hablamos?
Y si te gustó mucho, comparte ツ
BLOGS: