Contra el troll... trolearle - Javier Navarro Marin - Marketing Córdoba / Lucena / Puente Genil
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Contra el troll… trolearle

Contra el troll… trolearle

 Muerte de inanición… O trolearle un poquito

Todos estamos más o menos familiarizados con el término y el tema, pero si apetece algo más de información que trolearle a un troll, hace un tiempo hice una entrada completa dedicada a “esos seres (no) bondadosos que están viviendo con nosotros”. CONTRA LAS CONSECUENCIAS… HACERSE TROLL

Como hemos visto otras veces, lo que comunicamos deja huella en nuestra marca, especialmente en redes sociales, que queda todo grabado y siempre puede jugar alguien a “la maldita hemeroteca” con nosotros y hacernos la puñeta con un comentario nuestro hecho en un momento en el que pensábamos que nadie miraba.

Bueno… ¿Y qué hacemos si por cualquier motivo queremos hacer trampas y salirnos de las reglas del sistema? Fácil, nos “hacemos al monte”, nos ponemos el mundo por montera y “de perfil”, con una cuenta desconocida en ristre, media tupida en la cara y nombre de culebrón… Vamos, que nos “atrolamos” (buff… creo que me he pasado con el término; acaba de salirle una úlcera nueva a un catedrático de la RAE).

En redes, todo queda registrado con luz y taquígrafos… ¿Y si no quiero? Conviértase en troll... Atrólese Clic para tuitear

Sin más rodeos… un troll es un maravilloso ser humano, que se dedica a esconderse tras un perfil de incognito para poder opinar de la peor manera posible de cualquier cosa que haga el resto del mundo y básicamente, “reventar” cualquier alternativa de comunicación coherente o útil con alguien. Es posible que haya trolls bien intencionados y que aporten algo útil al mundo… Pero nunca me he encontrado con uno, así que o son escasos, o están muy ocupados cuidando de los unicornios rosas.

Pero bueno… una vez definidos, lo realmente importante es: “cómo diablos convivo con ellos”, porque por el momento, no hay más remedio que coexistir, padecerlos o sacarles algo de provecho si es que se puede.

En casi todos los manuales de comunicación en Redes Sociales, en el apartado de “situaciones de crisis”, hay un espacio de lujo reservado para nuestros maravillosos trolls y cómo lidiar con ellos si nos ha salido uno, como si de un grano en la punta de la nariz se tratara.

La solución estándar para lidiar con un troll es “matarlo de inanición”... Aunque a veces se puede ser más creativo Clic para tuitear

Habitualmente, la solución ideal que nos plantean es fácil: que muera de inanición. Porque al igual que en las leyendas centroeuropeas, un troll se alimenta de la atención que se le presta, si no recibe atención, se irá… Y en el caso de estos animalitos digitales, se cumple la metáfora a rajatabla y mientras más interactuemos con ellos, más “se vendrán arriba”. Si acaban pasando desapercibidos, emigrarán a climas más cálidos.

No estoy en contra en absoluto de esa solución, de hecho es la más rápida y la más sencilla, dado que lo único que requiere por nuestra parte es “pasotismo ilustrado”, pero… ¿Se atreven a probar una alternativa? Ojo! Yo la he probado en mis propias publicaciones eh! Y aunque no es la panacea, el método alternativo para lidiar con un troll, puede tener su puntito divertido y francamente útil, sin que llegue resentirse demasiado nuestra marca.

Gracias por leerme!

Javier Navarro Marin

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