Gallitos sin Cara - Javier Navarro Marin - Marketing Córdoba / Lucena / Puente Genil
18280
post-template-default,single,single-post,postid-18280,single-format-standard,ajax_fade,page_not_loaded,, vertical_menu_transparency vertical_menu_transparency_on,overlapping_content,hide_top_bar_on_mobile_header,qode-content-sidebar-responsive,transparent_content,qode-theme-ver-10.0,wpb-js-composer js-comp-ver-4.12,vc_responsive,stagtools
 

Gallitos sin Cara

Gallitos sin Cara

Gallitos sin Cara

No se lo tomen literalmente, que seguro que más que gallitos, alguien está imaginando un pollo con la cabeza como una bola de billar.

El título me recuerda a una canción de Carlos Goñi, que odiaba a “los gallitos de gimnasio, porque siempre desprecian mi sudor” y se podría decir que algo de parecido tienen, porque es fácil sacar pecho cuando se tiene ventaja, que de niños ya nos enseñaron que “hacer fullería” no era bueno, pero si no te pillan… no hay castigo.

Y es que no podía resistirme a dedicar una columna a tantos miles de amiguitos que van de perfil por la vida, de perfil en doble sentido: porque no van de cara y porque usan eso, perfiles para poder opinar por el mundo… Así que sin dar más vueltas: dedicado a todos los perfiles falsos, seudónimos perniciosos o como se les llama en “los ambientes”: “trolls” que tanto han aflorado últimamente en Internet y… Oigan, lo bien que queda esa imagen (la del troll, me refiero) cuando no hay otra que ponerles, acuérdense de los de David el Gnomo, con las moscas alrededor y el moquillo colgando…

 

Dedicado a todos los perfiles falsos, seudónimos perniciosos o como se les llama en “los ambientes”: trolls Clic para tuitear

 

Querido lector, imagine que va por la calle, se cruza con un tipo con una media en la cabeza de las de robar bancos en las películas americanas, se le queda mirando y le llama imbécil a voz en grito, en una plaza abarrotada de gente donde se encuentran todos sus conocidos y desconocidos… Ahora imagine por dónde le metería la media enterita… Bien, ya estamos motivados.
Ahora amiguito del panty, imagínalo tu cuando se enteren de que quien se esconde bajo la media no tiene, perdonen la expresión, “ni media hostia” (dialécticamente hablando, claro) y por eso tiene que esconderse para tirar piedrecitas como hacíamos los niños cabroncetes… Ah! ¿Qué ustedes no lo hacían? Bueno… qué se le va a hacer, todos tenemos un pasado…
Decía Clint Eastwood que las opiniones son como los culos y que cada uno tiene el suyo. Totalmente de acuerdo Clint, ya puedes guardar tu Magnum del 44, pero estarás de acuerdo conmigo en que al igual que cuando tú opinas a alguien, te expones a que te pateen las “opiniones”, cuando alguien te opina, te apetecería poder hacer algo parecido si toca, ¿no crees? Ea! Pues, Sr. Eastwood, ahora puede volver a sacar la “pipa”, que ya sabe a quién apuntar y dónde.

 

Amigo espécimen, aunque sea sólo un poco, reconoce que cobarde sí que eres, si no, no te podrías tanto maquillaje para opinar Clic para tuitear

 

Bromas aparte, que tampoco hay que sacar las cosas de quicio, si se encuentran por ahí con uno de esos ejemplos de transparencia opinadora, dignos de político corrupto (pongan cualquier cara que las hay para aburrir), tengan en cuenta que según un estudio publicado hace un tiempo sobre los hábitos en Internet, la mayor parte de las conversaciones largas en redes sociales se hacen desde casa, con poca luz… y poca ropa.

 

Por otro lado, según este mismo estudio, quien dedica tanto tiempo a vivir en el mundo “virtual” opinando sobre lo que hace o dice la gente real, suele ser porque hace o dice poco en la calle, es decir: que se interrelaciona más bien mal con el medio social. Dicho esto, el aspecto que se nos dibujaría un retrato robot, es el de un tipo en calzoncillos (amarillentos, con calcetines y camiseta de tirantes me atrevo a añadir), con cuidado e higiene corporal no precisamente modélicos (total… quién te va a ver) y con una vida tan interesante como la de un sexador de pollos vietnamita… vamos, una mezcla entre Torrente y un vigilante de bonsáis… Y ahora, díganme: ¿cuánto vale la opinión de ese espécimen?
Porque, amigo espécimen (no sé quién eres… no sé cómo llamarte), aunque sea sólo un poco, reconoce que cobarde sí que eres, si no, no te podrías tanto maquillaje para opinar… Pero lo malo del maquillaje es que cuando te pones nervioso, tiende a irse y a correrse de la peor manera posible, dejándote rostro de drag queen después de fin de año… y acostumbrado como estás a que no te vean la cara… que te la vean así… da vergüencita eh!

 

En fin, ten por seguro que si hay algo que me gusta más que hacer columnas de estas… es hacer pasar vergüenza a alguien como tú, así que cuando te vea por la calle así, con el maquillaje corrido, que algún día lo haré… créeme: lo haré saber a todo el que pueda, lo disfrutaré y mucho… Así que preocúpate. Un saludo, ya nos veremos…

 

 (publicada en prensa y radio: 2011)

(Pincha arriba si te apetece oírla… Pero no me hago responsable)

Comentario anexo:

¡Oigan! Acabo de darme cuenta… ¡Lo que me gusta a mí este tema! Y lo que me motiva para exprimir bilis… En fin, será cuestión de agradecerle el detalle a mis trolls (que todos tenemos algunos por ahí sueltos), que al fin y al cabo, al menos yo, cada vez les saco más utilidades

Gracias por leerme!

Javier Navarro Marin

Si te gustó¿hablamos? 

Y si te gustó mucho, comparte 

BLOGS:

blog-esto-que-es-lo-que-es

¿Y esto qué es lo que es?

blog-llevando-la-contraria

Llevando la contraria

blog-nunca-discuta-con-un-imbecil

Nunca discuta con un imbécil

 

Tags: